En trabajo fue elaborado por Marina Freitez Diez y Verónica Bagnoli Fernández y pertenece a la serie Apuntes de Debate. Esta propuesta de Equidad para la Infancia aborda la situación de la infancia en América Latina, y observa las diferencias en el acceso a sus derechos por parte de niños, niñas y adolescentes.
Dice el estudio Inequidades de la infancia urbana en el contexto latinoamericano, que "el análisis de los contextos locales tiene una gran relevancia, considerando que la vida de las personas se moldea y se modifica profundamente según el lugar donde nacen, crecen, se educan y se socializan. A nivel local es donde se evidencia directamente si los derechos de las/os niñas/os se hacen efectivos o no. Tomar a la comunidad y al territorio como unidad de análisis tiene la posibilidad de facilitar la labor metodológica al momento de desarrollar intervenciones concretas: aporta un criterio de factibilidad en la búsqueda de información y en el planeamiento de las intervenciones en un ámbito o escala “manejable”.
Apuntan que el hecho de que en Latinoamérica se encuentren 8 de los 10 países más desiguales del planeta, (Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Haití, Honduras, México y Panamá), "centrarse en contextos locales también permite más cercanía con las/os responsables de garantizar los derechos y velar por el bienestar de la infancia".
En ese sentido, identifican las siguientes desigualdades:
-En materia de desnutrición en niños y niñas menores de 5 años las desigualdades intra-urbanas dan cuenta de grandes brechas en la mayoría de los países analizados, aunque la desnutrición infantil urbana es menor que en la población rural, la brecha intra-urbana (diferencia relativa entre los porcentajes de niños/as desnutridos/as de hogares con precariedad y hogares sin precariedad) es mayor que la rural – urbana. En casos como El Salvador, se encontró que la desnutrición infantil en viviendas urbanas gravemente deficitarias es de 20,2%; mientras que en viviendas sin déficit es de 8,9% y en el ámbito rural es de 18,7%.
-Los datos sobre ausentismo y abandono escolar, dan cuenta de que tres de cada diez adolescentes entre los 14 y los 17 años que viven en viviendas precarias no asisten a la escuela, frente a uno de cada diez de zonas menos vulnerables. También se evidencia una brecha intra-urbana de 2.19 puntos entre los/as adolescentes que abandonan la escuela, respecto de quienes viven en condiciones de precariedad habitacional y quienes no, mientras que la brecha urbano-rural en este ámbito es de 1.74 puntos.
-En cuanto la maternidad temprana, una de cada cuatro mujeres de 15 a 19 años de áreas urbanas que viven en condiciones habitacionales con alta precariedad urbana ha sido madre o estuvo embarazada, proporción que resulta idéntica al promedio de las zonas rurales. Pero al analizar la diferencia entre adolescentes urbanas que viven en condiciones precarias y aquéllas que viven en entornos más aventajados, la brecha es de 2.57 (24.2% y 9.4% respectivamente), casi el doble a la que se presenta cuando se comparan las diferencias entre embarazos adolescentes urbano-rural, siendo de 1.64 (15.2% y 24.9%). En ciudades como Cali, más del 70% de los embarazos adolescentes se concentran en apenas 4 comunidades.
-En cuanto a la población de adolescentes y jóvenes conocida como “ninis” (personas entre 15 y 24 años que no estudia ni trabaja), más del 70% vive en ciudades, para un total de 13 millones de ninis urbanos, frente a un total de 18 millones en toda la región. De este grupo, 66% son mujeres (una población de 12 millones).
-Otro de los grandes problemas urbanos de nuestra región es la violencia. Frente a otros continentes, América Latina y el Caribe alberga 43 de las 50 ciudades más violentas del mundo (19 en Brasil, ocho en México, siete en Venezuela, cuatro en Colombia, dos en Honduras y una en Guatemala, El Salvador y Jamaica). En este marco, 43% de las muertes de adolescentes y jóvenes entre 15-24 años han sido a causa de actos violentos y homicidios.
Agregan sus autores que "estas realidades urbanas, caracterizadas por inequidades que afectan de manera desproporcionada a los niños y niñas, requieren de un enfoque que atienda especialmente los desafíos para el cumplimiento de sus derechos".
El artículo completo se puede leer aquí.
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