Una leyenda es un relato de sucesos imaginarios o maravillosos que se enmarcan en un contexto histórico determinado. Aquí presentamos once “maravillas” que recorren el país para contarlo de punta a punta a través de estas historias: “Cerro de los siete colores”; “De la Flor del Ceibo”; “De la Yerba Mate”; “Del Mar de Ansenuza”; “De la Piedra Movediza de Tandil”; Del puente del Inca”; “Del Domuyo”; “De la Flor del Irupé”; “Cataratas del Iguazú”; “Nahuel Huapi”; y “Del Cerro Uritorco”.
A veces son la memoria de los dioses, otras, la explicación de la belleza o la alegría, también hay historias de dolor y tristeza, y no faltan el amor, la ilusión, ni la celebración del agradecimiento y el alimento. Se pueden leer antes de ir a dormir y dejar volar la imaginación, o en las tardecitas, para tener tiempo de buscar fotos que permitan viajar a los lugares o ver la belleza de flores, plantas y animales.
Les adelantamos una de ellas, la de la Flor de Irupé.
“Cuenta la Leyenda que, hace mucho tiempo, a orillas del río Paraná tenían sus asentamientos las tribus guaraníes. Allí vivía Irupé, una joven que añoraba parecerse a la luna; quería tener su blanca piel y su hermoso resplandor, así que todas las noches se quedaba mirando al astro esparcir su luz desde las alturas”.
“Un día, subió a los árboles más altos e inútilmente tendió los brazos para alcanzarla y tomar aunque sea un poco de su resplandor, pero se daba cuenta de que era inalcanzable. Sin perder la esperanza y cegada por su terquedad, trepó a la montaña y allí, en la cima, estremecida por los vientos, esperó poder alcanzar la luna pero también fue en vano. Entonces caminó y caminó, por largas llanuras, para ver si llegando a la línea del horizonte la podía alcanzar, hasta que sus pies empezaron a dolerle y decidió volver a su tribu”.
Se pueden ver las distintas leyendas en la sección de Recursos Descargables del sitio de Fundación Arcor.
Leyenda del “Cerro de los siete colores”