Con la iniciativa Plaza de Juegos “Sonrisas de Sol”, la Escuela N° 211 de Paraná, en la provincia de Entre Ríos, pudo apuntalar la convivencia en los recreos y “la conducta mejoró muchísimo”, cuenta Amalia López, quien fue directora de la escuela hasta febrero de 2019 y una de las impulsoras del proyecto.
“Los cambios que se produjeron son,sobre todo, en la convivencia. No tiene que ver con la descongestión de espacios, porque el que teníamos en la escuela eraabierto y enorme. Sin embargo, había accidentes y luchas de poder por los espacios. Cuando se habilitó la Plaza, se descongestionó ese conflicto del imaginario. Al descongestionar esto en la imaginación, también se destrabaron los conflictos a nivel físico y la conducta mejoró muchísimo”, explica la docente sobre el resultado de la iniciativa.
Estos no fueron los únicos resultados. “Queríamos activar ese espacio. Veíamos la necesidad de que los chicos pudiesen mejorar sus aptitudes motoras. Hay chicos que no saben correr, y no porque vivan en departamento, de hecho para muchos, el patio de sus humildes casas es el descampado. Había dificultades motrices y también dificultades para jugar, para entender que había reglas de juego”, afirma Amalia.
El proyecto, agrega, “optimizó un espacio en desuso, un patio verde, que por las condiciones espaciales donde está ubicado, no se podía usar. Lo refuncionalizamos y nos dio excelentes frutos”.Para hacerlo, apostaron a la creatividad. “Buscamos troncos de madera, esos de los palos de luz;ubicamos a un carpintero de la zona para que los trabajara. Al profe de educación física, Alfredo Arce, le pedí que explorara sobre juegos que tenían que ver y ayudaran a desarrollar la motricidad y la agilidad, que le sirvieran a él en sus clases y que también fueran recreativos. Buscó en libros viejos algunas estructuras y las trajo. Elegimos las menos peligrosas, dado que había algunas muy interesantes, pero peligrosas. Finalmente quedaron una pirámide, un perfil para equilibrio, un puente con sogas de unos 6 metros, y rampas. Ahora, se usan tanto en educación física como en los recreos”, afirma.
Amalia dice que antes de esta iniciativa, “los espacios verdes de la escuela estaban pelados, ni siquiera había un aro, un arco, nada. Los elementos para Educación Física eran limitados. No había colchonetas, había red de vóley, pero no pelotas. Todo se limitaba a una rutina repetitiva. Algunos hula-hula hechos con caño negro, todo muy rudimentario, que habían hecho otros profesores antes. Realmente, había elemento smínimos. Con la Plaza eso cambió”.
Quiénes usan la plaza
Cumple con diferentes objetivos. Para el movimiento, lo usa el primer ciclo, y además, juegan mezclados varones y mujeres, y también los más grandes con los más chicos.“Se han borrado las diferencias de sexo y de edad”, comenta la docente.
El proyecto formó parte del Programa Escuela en Movimiento (PEM) en el que se enmarca esta iniciativa, y que tiene como finalidad desarrollar propuestas que tiendan a promover la vida activa en el ámbito escolar. Es coordinado en conjunto por las Fundaciones Arcor de Argentina y Chile y el Instituto Arcor en Brasil. Se trata del primer programa Regional de Inversión Social que impulsa Grupo Arcor en el marco de su política de sustentabilidad.