Una mirada que profundiza en la incidencia de las desigualdades en la infancia, permite analizar las posibilidades diferenciadas de acceso que brindan nuestras sociedades en materia de infraestructuras adecuadas, ambientes y prácticas saludables. Es lo que plantea, el trabajo de Mariel Rubín y Verónica Bagnoli. Esta propuesta de Equidad para la Infancia aborda la situación de la niñez en América Latina, y observa las diferencias en el acceso a sus derechos por parte de niños, niñas y adolescentes.
Agrega que "existe un consenso en reconocer la importancia del juego y de las prácticas corporales y motrices como determinantes del desarrollo integral de la infancia en relación con procesos sociales culturales e identitarios". Señala, además, que "así como el juego ha sido por muchas décadas objeto de discusión en las ciencias sociales desde distintos abordajes (históricos sociológicos pedagógicos y psicológicos), el movimiento -y el sedentarismo como falta de actividad física- se ha identificado como una preocupación creciente en las sociedades actuales. Esto se evidencia a partir de problemáticas enmarcadas en contextos como:
- El incremento de afecciones a la salud desde edades tempranas (obesidad, cardiopatías, etc.).
- El cada vez mayor empleo del tiempo libre de niños/as frente a pantallas y dispositivos electrónicos.
- Las respuestas frente a los riesgos: privatización del espacio público, encapsulamiento de las viviendas, incremento de espacios comerciales
- La falta de inversión y mantenimiento de espacios abiertos adecuados para niños y niñas, que se evidencia incluso en ámbitos escolares en muchos países de la región.
- La exclusión social y la estigmatización territorial presentes en las ciudades actuales.
- La contaminación ambiental, sobre todo en contextos urbanos con alta incidencia de pobreza.
Más adelante aborda la necesidad del movimiento y asegura que "el juego, el deporte y la recreación resultan claves para el desarrollo integral de la infancia. El ejercicio de estos derechos potencia habilidades personales como la cooperación, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la conciliación de intereses, la recuperación de acontecimientos traumáticos, además de favorecer la promoción de la salud y la prevención de enfermedades".
El artículo completo puede leerse aquí.
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