Esteban Levin, psicoanalista y Profesor de Educación Física, afirma en la entrevista publicada en nuestra revista Por Escrito Nº9 , que el juego “no sólo es importante en la vida de un niño, sino que tiene un valor estructurante. No es que el niño construye el juego, sino que es el jugar lo que constituye la experiencia de ser niño”. Entonces, en esta experiencia tan vital ¿Qué rol le cabe a los juguetes?
Daniela Pelegrinelli y Dolores Delucchi, en un artículo publicado por LatinLab, dejan claro que no son de ninguna manera imprescindibles, porque “existe el juego sin juguetes”. Sin embargo, son objetos que forman parte de nuestra cultura desde hace siglos. Y al momento de elegir uno, siempre los adultos nos enfrentamos a numerosos interrogantes.
Las autoras del artículo proponen dejar de lado las recomendaciones por edad o género, o las de los fabricantes, y tener en cuenta algunas de estas ideas:
No importan los objetos, sino la experiencia
Lo que abre nuevos mundos es la experiencia que el juguete puede proponer. Mientras más experiencias lúdicas, mejor. Y también se puede regalar experiencias: un picnic, un paseo compartido, una salida al teatro, etc.
Mientras más versátil, mejor
Un juguete versátil tiene una vida útil más larga. Siempre es bueno considerar las posibilidades que ofrece: para usar adentro o afuera, solo o con otros, si puede combinarse con otros que ya tengamos o con nuevos materiales (objetos de la casa, piedras, agua, etc).
Juego grupal
Jugar en grupo es explorar un modelo de sociedad plural, no individualista. Mejor si el juguete estimula el juego participativo e interactivo con otros.
Acorde a sus necesidades
Es bueno tener en cuenta, más que la edad, los intereses y las condiciones en las que el niño juega. Si tiene espacio, si comparte con hermanos, si prefiere determinadas cosas o si puede convertirse en una propuesta para descubrir nuevos intereses.
Mejor si no promete cosas falsas
Los juguetes son para jugar, no nos vuelven “más inteligentes”. El juego es el que permite aprender, no necesariamente el juguete. También influye la expectativa que generan los mensajes publicitarios, que siempre es mejor relativizar.
Cuidado con las visiones estereotipadas
A veces la transmisión del estereotipo puede ser explícita, a veces más sutil. Mejor reflexionar sobre este punto al momento de elegir. Pueden ser sobre roles de género, o grupos sociales, colores de piel, etc. También es bueno elegir juguetes que propongan una estética diferente, que permita una nueva apreciación de formas y colores (a veces, los juguetes infantiles se reducen a mundos edulcorados y uniformes).
Revisar bien antes de comprar
Revisar si el juguete está bien constituido, si las partes tienen uniones fuertes, si es lo que dice ser y el envase no engaña. También prestar atención a las recomendaciones de seguridad, y la edad de prohibición (no sólo recomendación) del juguete debe estar bien clara.
Los juguetes son para jugar
Un juguete siempre será mejor si está disponible para jugar, no guardado para que no se rompa. Tampoco el más caro o el de moda es el mejor juguete. Al elegir juguetes durables, no sólo prevemos una larga vida útil, sino que hasta estaremos ayudando al medioambiente al reducir el uso de plásticos. Y siempre tener en cuenta que al jugar… ¡los juguetes se pueden romper!